jueves, 15 de agosto de 2019

Napoleon Bonaparte - 15 de agosto de 1769

agosto 15, 2019 Por ancilo59 Comentarios


Hoy 15 de agosto de 1769 nace Napoleón Bonaparte con 51 Años de edad. Es probable que Napoleón muriese a causa de envenenamiento por arsénico, ya sea de forma intencionada o no.


Tal día como hoy de 1769 nació en Ajaccio (en la isla de Córcega) Napoleón Bonaparte, segundo hijo del abogado Carlo Buonaparte y su esposa, Letizia Ramolino. Becado para estudiar en Francia, despuntó en sus estudios y durante los agitados tiempos de la Revolución Francesa fue ascendiendo puestos a marchas forzadas. Su actuación en las campañas de Italia y Egipto le dieron merecida fama e influencia política.

En 1799 se hizo con el poder mediante un golpe de Estado y en 1804 se coronó emperador en una polémica ceremonia en Notre Dame de París. Reformador incansable en el interior y guerrero sin descanso en el exterior, remodeló el mapa de Europa a su antojo hasta que en 1814 sus enemigos lograron doblegarle y hacerle abdicar. Tras un fugaz regreso al poder en 1815 fue definitivamente derrotado en Waterloo (Bélgica) y mandado al exilio en el islote de Santa Elena (en el Atlántico), donde murió en 1821.



En 1840 sus restos fueron repatriados y depositados en un imponente sepulcro de los Inválidos de París 

El genio militar y la ambición de Napoleón Bonaparte le llevaron a dominar gran parte de Europa y sus tropas extendieron los ideales de la Revolución francesa por todo el continente. Napoleón Bonaparte nació en 1769 en Ajaccio, Córcega. En 1784 comenzó una brillante y fulgurante carrera militar. Durante su juventud estudió la obra de Rousseau, Voltaire y Mirabeau, y se interesó por la geografía y las artes militares.

Escribió tratados sobre balística, novelas y poemas en los que ya se percibe su ambición. Al estallar la Revolución Francesa (1789) fue enseguida consciente de su transcendencia histórica. Se implicó en los conflictos nacionalistas de Córcega, y regresó a París como defensor de ñas ideas revolucionarias, lo que le granjeó el apoyo de la Asamblea Legislativa.

Gracias a una esmerada y osada estrategia, reconquistó Tolón, éxito que junto a sus buenas relaciones con los políticos de la Convención le valió el mando del ejército francés en Italia. Allí ensayó sus magníficas dotes de estadista al reorganizar las viejas frontera y crear nuevos estados. Su victoriosa campaña hizo que se le recibiera en Parí como un héroe.

Receloso, el Directorio le alejó de Francia, encomendándole la conquista de Egipto para interceptar las líneas comerciales británicas. Su triunfante campaña en Egipto se truncó al destruir el almirante británico Nelson su flota. Regresó a Francia, donde fue nombrado comandante militar de París.

Poco más tarde, Napoleón fue designado primer cónsul, dictó la Constitución del año VIII y firmó un concordato con la Santa Sede. Consolidó la Francia revolucionaria con las victorias de Marengo y Hohenlinden (1800), obteniendo ventajas territoriales y un periodo de paz con las potencias absolutistas occidentales.

En 1802, napoleón asumió todos los poderes del Estado, nombrándose cónsul vitalicio y reanudó la guerra contra Gran Bretaña. En 1804 se proclamó emperador –Napoleón I-, organizó una pomposa corte imperial e impulsó la creación del Código Civil napoleónico, fundó institutos y universidades, estimuló las actividades financieras con la creación del Banco de Francia y se convirtió en mecenas y modelo de artistas.

La guerra con Gran Bretaña y sus aliados extendió ñas ideas de la Revolución y las victorias napoleónicas lograron crear un imperio dirigido por Francia. Hasta seis alianzas se formaron para combatir contra Napoleón entre Austria, Rusia, Suecia, Nápoles y Gran Bretaña. A pesar de las derrotas de Trafalgar, Aspern o Leipzig, sus triunfos en Ulm, Austerlitz y Wagram le hicieron avanzar en su ocupación europea, hasta que fue detenido en Rusia y España, teniendo que replegarse hacia Francia rápidamente; las potencias aliadas le hicieron abdicar y lo deportaron a la isla de Elba.

Ante la restauración borbónica en Francia, Napoleón regresó a París, con gran entusiasmo popular, redactó la Constitución del año XII y reorganizó rápidamente el ejército, lanzándose contra los ingleses dirigidos por Wellington, quienes, apoyados por los prusianos, le derrotaron definitivamente en Waterloo (1815). Napoleón abdicó por segunda vez en su hijo y fue deportado a la isla de Santa Elena, donde murió el 5 de mayo de 1821.

Napoleón había dispuesto en su testamento el deseo de ser enterrado a las orillas del Sena, pero se le dio la sepultura en Santa Elena. En 1840, a instancias del gobierno de Luis Felipe I, sus restos fueron repatriados y depositados en un imponente sepulcro de los Inválidos de París (en la imagen).


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